Cuidado de la salud y el tratamiento del VIH
Mejorar los resultados del cuidado de la salud, prevenir nuevas infecciones
El VIH es un virus que puede multiplicarse rápidamente y dañar el sistema inmunitario del organismo, lo que dificulta que una persona pueda luchar contra las infecciones y los cánceres. Aunque no existe cura para el VIH, sí se dispone de tratamientos eficaces. En la actualidad, existen más de 30 medicamentos antirretrovirales aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por su sigla en inglés) para tratar el VIH. Cuando se utiliza de forma constante, la terapia antirretroviral (ART, por su sigla en inglés) puede reducir la cantidad del virus en la sangre de una persona a un nivel muy bajo. Esto se conoce como supresión viral. La terapia ART también puede hacer que la carga viral de una persona sea tan baja que no se detecte en una prueba estándar de laboratorio. Esto se denomina tener una carga viral indetectable. Las personas con VIH que inician la terapia antirretroviral en una fase temprana, que reciben y siguen el tratamiento, y consiguen y mantienen una carga viral indetectable, pueden vivir sanamente. El tratamiento también proporciona enormes beneficios para la prevención: en los estudios de investigación realizados hasta ahora, no se ha relacionado ningún caso de transmisión del VIH con alguien que tuviera una carga viral suprimida. En resumen, las personas con VIH que toman medicamentos para tratar el VIH según lo indicado y mantienen una carga viral indetectable pueden vivir sanamente y no transmitirán el VIH a sus parejas VIH negativas por medio de relaciones sexuales. Las guías clínicas de los Estados Unidos recomiendan que todas las personas diagnosticadas con VIH reciban tratamiento lo antes posible, sin importar el tiempo que lleven con el virus o lo sanas que estén.
El tratamiento oportuno y accesible del VIH es una necesidad crucial
Aunque los beneficios para la salud y la prevención del tratamiento antirretroviral son evidentes, según los CDC, en 2019, solo el 66% de las personas con un diagnóstico de VIH en los Estados Unidos presentaban supresión viral. Esto se debe a varias razones. Entre las personas con VIH que no tienen el virus bajo control, muchas han sido diagnosticadas, pero entran y salen de los cuidados de salud debido al costo de los cuidados médicos y de los medicamentos para el VIH, el estigma, la vergüenza, las preocupaciones percibidas o reales sobre el consumo de medicamentos para el VIH, la falta de vivienda estable y la falta de medios de transporte. Cuando las personas con VIH no reciben el tratamiento y los cuidados que necesitan, la enfermedad empeora y progresa hasta convertirse en SIDA. En 2019, hubo 15,815 muertes entre personas diagnosticadas en los Estados Unidos y las zonas dependientes. Las personas con VIH que no tienen una supresión viral también tienen una alta probabilidad de transmitir el virus a otras personas. Los CDC han descubierto que más del 90% de las nuevas infecciones por VIH podrían evitarse si las personas con VIH fueran diagnosticadas y recibieran cuidados y tratamiento rápidos y continuos.
Disparidades en el tratamiento y el cuidado del VIH
Existen muchas disparidades en el tratamiento y el cuidado del VIH entre ciertas subpoblaciones en los Estados Unidos. Por ejemplo, el informe de vigilancia del VIH de los CDC de 2019 indica que las personas negras o afroamericanas con diagnóstico de VIH tienen tasas de acceso a los cuidados médicos dentro del mes siguiente al diagnóstico del VIH y de supresión viral dentro de los seis meses siguientes al diagnóstico que son más bajas que las de las personas blancas y muy por debajo de los objetivos nacionales. Además, menos personas con VIH en el sur del país son conscientes de su infección que en cualquier otra región. En consecuencia, en el sur hay menos personas con VIH que reciben cuidados médicos o tratamiento a tiempo, y menos personas obtienen supresión viral. Los datos de las clínicas financiadas por el Programa Ryan White contra el VIH/SIDA (RWHAP, por su sigla en inglés; presentación en inglés) demuestran que, en 2020, los indígenas americanos o nativos de Alaska, los negros/afroamericanos, los jóvenes de entre 13 y 24 años y las personas que se encontraban en viviendas inestables tenían unas tasas de supresión viral inferiores a las de la población general del RWHAP. Estas poblaciones tenían tasas más bajas de compromiso en cada etapa de los cuidados, debido en parte a una serie de condiciones sociales y ambientales que hacen más difícil buscar cuidados y permanecer en ellos. Las condiciones incluyen la pobreza, un acceso inadecuado a los cuidados de salud, el estigma y una comprensión limitada de los beneficios del tratamiento.
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